lunes, 14 de julio de 2008

Sentencia



Mi sentencia fue haber nacido imbecil,

a esto, se me concedió además,
los ojos y las orejas, y por último, la boca.
Diría que por castigo,
he oído tanto,
he visto tanto.
Me he resignado a humillarme;
lo he delirado todo.

Yo nací después de la propaganda.
Y sobre la propaganda, grité la propaganda.
En definitiva, soy prisionero de la propaganda;
moriré habiendo cumplido cadena perpetua.

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